Descripcion

equinoccio

xaquín chaves

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El evento

Inauguracion

viernes 2 de diciembre de 2016



Entrada a la inauguracion

con invitación

Fecha de evento

desde el sábado 3 de diciembre hasta el lunes 9 de enero (entrada gratuíta)


Tipo de evento

Exposición


Horario de visita

lunes a viernes: 11:00 a 15:00 / 18:00 a 21:00

sábados: 11:00 a 14:00 / 18:00 a 21:00 

domingos: 11:00 a 14:00

24, 31 de diciembre y festivos cerrado

exposicion

Hace veinte años que conozco a Chaves. Los mismos años que asisto al milagro del pintor y el material. En realidad no es tan arcano y desde luego no es nada abstacto. Chaves sale al campo y cuando vuelve al estudio intenta comunicar lo que ha sentido contemplando cómo se forma una nube, cómo fluye un río o cómo el viento sacude unos matorrales. Se trata de una abstracción que nace de la contemplación de la naturaleza y hay en ello un renovado impresionismo. Los campos de color de Rothko son esenciales, tozudamente abstractos; los campos de color de Chaves son referenciales: Chaves sueña y transcribe. De ahí el título de la exposición: Equinoccio. El paso de las estaciones altera la pintura de Chaves. Muda el paisaje como muda la mirada. Pero siempre es una mirada contemporánea. También hay un rico expresionismo, pero la violencia del trazo es contenida. No estamos ante un pintor cautivo de la dictadura de la mancha, que lo fía todo al gesto, a la víscera. A la belleza del impacto de una brocha sobre la tela tensada. Hay una profunda intelectualización del acto de pintar y una renuncia a los caminos de la autocomplacencia. El hedonismo del trazo grueso sucumbe a la sutileza del buen acuarelista que siempre actúa debajo, en otro soterrado nivel de lectura. Cuando acomete la necesaria tarea de construir el cuadro, entonces se formulan preguntas cuyas necesarias respuestas se traducen en veladuras, líneas o fronteras. Cuadros dentro de cuadros. Geometrías orgánicas. Una gramática propia y una sintaxis flexible aunque muy reconocible y personal. Chaves no es un legislador dogmático. A veces sus sentencias se deben al error, a no dar nada por sentado, a no tener miedo a equivocarse. No existe el miedo a repetirse porque ya se sabe que un pintor siempre pinta el mismo cuadro. Pienso en Sean Scully y en su religiosa tarea de explicar el mundo en franjas de color. El alfabeto de Chaves es mucho más rico y cuando visitas su estudio sus variadades dialectales te cuentan cosas familiares de una forma siempre distinta. Como el río de Heráclito. El acto de pintar además es algo muy físico y tiene que ver con el recorrido del brazo, con el pulso y el latido. Chaves calienta antes de pintar: el músculo necesita transmitir a la brocha las sensaciones que se agolpan torrenciales. Cuando se sitúa ante un gran formato habita el cuadro e invita al espectador a entrar. Mover una gran superficie de pintura mientras es líquida, corregir los designeos del azar y aceptar su sabia sentencia, aplicar las sagradas y aúreas leyes de la composición y aprovechar una mirada ilustrada, conocedora de las lecciones de los maestros; situarse ante la obra invocando esa frescura sináptica que pone en dialogo la memoria y el conocimiento con la precepción y el sentimiento. Todo está en la pintura de Chaves. Para lograrlo es necesario un profundo conocimiento del material. Chaves utiliza pigmento y eso convierte la piel de su pintura en un vibrante daguerrotipo de color. Si te acercas lo suficiente puedes ver como el color se descompone en su propia química. El secreto duerme en las trastiendasde vetustas droguerías donde aún se puede conseguir añil, minio o almagre. También en los zocos de Oriente. Ahí palpita la misteriosa cocina de la pintura.    

Texto de Vítor Mejuto.

Colaboradores

Pintor

Xaquín Chaves


Sala

NEMONON (Marqués de Riestra 11, 1º Pontevedra) 


Contactos

Xaquín Chaves (646 560 351)   
Mauro Lomba (986 896 725)


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